domingo, 29 de diciembre de 2013

La vida

Aún despedazándome, te amo
porque me pones a prueba,
 me enfrentas.
Me brindas treguas y cuando no te espero
me atacas,
 te abalanzas sobre mí creyendo que estoy indefensa,
y me golpeas.
Aprendo a encontrar placer en cada una de tus hostias
por muy fuertes que sean.
Y te gano.
Y te jode, y vuelves a por mí.
Me encierras en laberintos que sólo tienen salida cuando te apetece
o cuando atravieso los setos y salgo llena de pinchazos que escuecen.

Pero me gusta tu juego,
 tu intermitente felicidad,
tu viento fresco acariciándome.
Los caminos que a veces sí me llevan a casa.
Tú me lo has dado todo,
 y luego me has quitado lo que te ha dado la gana
todo también,
hasta el miedo.

También me enciendo las veces que me enfrentas conmigo misma
y te piensas que esto es "el club de la lucha" pero con el final que yo quiero.

La vida,
me pone cachonda.


sábado, 28 de diciembre de 2013

Imagina lo que tendría que ser.

Se empeñaron en quitarnos cosas
la avaricia les llevó a su huerto
y ahí aprendieron a jodernos.
No les saciaba nada.

Nos quitaron hasta lo básico
un hogar, un techo
donde esquivar el hielo.
Nos hicieron bailar en el barro
y se reían de nuestros tropiezos.
Nos alienaron tanto,
que no se imaginaron,
que acabarían quitándonos el miedo.

Un día empezamos a cansarnos
de tener que andar entre sus desperdicios
de pelearnos por sus migajas,
y tocamos fuerte los tambores
para que todos se enterasen
de que salíamos a por ellos.

Podéis venir.

Despertamos,
y nos organizamos
para destruir la red de especulación
con la que nos tenían atrapados.

Nos desgarramos las manos
y la voz gritando
que no podían traficar con los principios,
con los derechos, con las personas.

Nos humillaron, dispararon,
nos pegaron y encerraron,
intentaron hacernos desaparecer
con leyes dictatoriales
sacadas de las mangas
de los grises abrigos del pasado.

Y no lo consiguieron.
Nos unimos, cada vez había más,
volvimos a gritar
nunca nos habíamos callado.
Dispuestos a hacerles vomitar
todo lo que nos habían engullido.

Después de conseguir
tras siglos y siglos de trabajo,
lucha y carencia
cuatro mínimos derechos.
Después de que muriesen
miles de anónimos héroes insurrectos
pidiendo condiciones humanas
"humanas" curiosa palabra,
cada vez con menos significado,
quieren hollar sobre nuestras espaldas
para seguir llenándose los bolsillos
como humanimales,
gordos depredadores.

Después de echarnos a la calle con lo puesto,
de reírse de nuestras aspiraciones,
de marearnos y manejarnos como marionetas
compradas por dos duros.

Al final terminaron por cabrearnos a todos
y no nos  fuimos, nos quedamos,
nos unimos, y luchamos.
Luchamos, joder,
muertos de hambre
y sedientos de rabia
lo conseguimos.
Les derrocamos, les encerramos,
y la justicia vino a besarnos la cara.
Y dormimos tranquilos.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Tranquila

Tranquila,
dicen que si superamos este invierno
ya no tendremos que volver a pasar por algo así.
Y si no lo dicen,
no importa,
yo te lo prometo.
Ya se que prometer es de ingenuos
que intentan desafiar al destino.
Suerte que nunca creí mucho en eso.
Y no se si será el destino,
o una vieja puta desdentada fumadora
llamada vida con lo que me tendré que enfrentar,
pero tranquila,
yo te juro que esto es el fondo
y que tampoco es tan horrible si te acostumbras.
Pero ya que vivimos,
vamos a hacerlo bien,
que tampoco es tan difícil.
y vamos a salir.

Aunque lloren los sueños a los que sacrifico,
aunque se impaciente los que pospongo,
aunque nos salga el aliento congelado,
aunque parezca que estamos en el fango,
deja que te pruebe estas alas
que te estoy fabricando.
Ten mucho cuidado,
aún me queda trabajo,
pero te sacarán,
me sacarás de aquí,
se nos descongelará el alma
y podremos respirar tranquilas.

"Tan rápida como el resentimiento que siente en sus pulmones quien se siente abandonado."

Iban ya varios días sin noticias tuyas,
algo te había pasado.
Las personas no se vuelven locas porque sí.
Y no digo que tú te hubieras vuelto loca
ya lo estabas, por eso te seguí y te sigo hasta el final.
Pero esta vez era distinto.

Te encontré al lado del río
eras furia y lágrimas,
impotencia y restos
rompiendo con fuerza todas las promesas
que el mundo te había hecho,
 incluidas las mías.
Tu corazón traicionado
se había declarado en huelga
y había empezado su propia revolución
arrastrándote hasta el paroxismo
que te llevará a la catarsis.
Y yo te entiendo, joder,
te entiendo y me uno a esa lucha.

Estabas tan guapa con el vestido roto
y con esa cara de haber estado días sin pasar por casa.
Hubo un tiempo en el que dudaste
sobre hasta si tenias casa
por eso no te cuesta mucho escapar.
.
Te ayudo a quitarte las cuerdas que han intentado echarte,
me contagio de tu furia contra el mundo
y te ayudo a reventarlo todo contra el suelo
hasta calmarte.
Te ríes,
haciéndome mas bonito de los regalos
y te quedas.
Te quedas junto a mí
Como no lo has hecho con nadie.

sábado, 21 de diciembre de 2013

La peor parte de ti

Hoy no soy yo la chica a la que sacas a bailar,
hoy no vas a venir hasta la puerta de mi casa,
no vas a tocar el timbre con timidez,
y no vas a decir "baja".
Para a partir de ahí
hacer un pacto con la noche
y que nadie nos moleste.
Olvidar el puto al rededor,
y centrarnos sólo en nuestros dedos.
Hoy no vamos a eclipsar a la luna
que se mostraba tímida
cada vez que nos veía
salir a besarnos.

Hoy no, joder,
hoy no soy yo esa chica.
No sé por qué no has venido a rescatarme
supongo que porque no te lo he pedido.
No sabía que lo necesitara
hasta hace cuatro versos
y tres lágrimas.
Y ahora aquí no me tienes,
 recorro la casa,
debatiéndome las dudas
sin llegar a ningún acuerdo
con la incertidumbre que llevo por bandera
desde hace muchos meses ya
que me está carcomiendo,
engañando con pequeñas dosis de éxtasis esporádico
que no logro entender,
y que me dejan baldada.

Está bien que estés con ella
al fin y al cabo,
tengo que reconocer
que la peor parte de ti
era yo.

martes, 17 de diciembre de 2013

No prometo nada

Yo no te puedo prometer nada, amor.
Ya vienes manchado de muchas promesas
que salpicaban al romperse.
No te voy a romper,
no creo que necesites más cristales
que dicen ser eternos
pero se hacen añicos
a una mínima subida de temperatura.

Espero que no esperes
que te jure nada,
y que te fíes de cada beso que te de
por eso que dicen de que los actos demuestran más.

Escucha lo que te dicen mis versos
y mira la cara de idiota que se me queda
cuando entras en la habitación en la que estoy,
y me doy la vuelta para que no descubras
que estoy sonriendo sólo porque has venido.

Mira a ver que te dice eso.
Pero ahora no esperes más
de este barco naufragado
que se ha convertido en isla
y te deja ser su habitante.

Es verdad lo que ves,
estoy cosida por todos los lados,
a veces se me sueltan los hilos
y me tengo que lamer las heridas.
Pero cuando sonrío no se nota
y ya has visto que sonrío mucho.

¿Qué te voy a decir?
Soy una isla hablando con el mar,
eres el mar rodeando a una isla.
¿Qué haces?

lunes, 16 de diciembre de 2013

Dualidad. Se atormenta una vecina y tú sales a bailar.

Se atormenta una vecina,
es domingo por la noche y tú sigues perdida.
No dejan de ponerte trampas,
y no dejas de caer en ellas.
A veces te divierten,
pero cuando de verdad llegas a casa,
te cansan.
Sobre todo cuando es domingo por la noche
y sólo te han llamado tus preguntas
exigiéndote respuestas.
"No pasa nada, ten paciencia" te dices,
mientras espiras los últimos centímetros cúbicos de entereza.
Ya no te quedan vías de escape por las que saltar
que en el fondo también son trampas,
las que tú misma te pones.
Se atormenta una vecina,
te ríes y escuchas que es mentira,
que tu vecina está follando
y la que te atormentas eres tú,
Suelo ser amiga de los domingos,
pero tus dudas me han ahogado éste.
Es la hora de la sentencia
y te has vuelto a condenar.
Venga no pasa nada,
mañana es lunes
y podrás demostrarle a la vida una vez más
que puedes bailar tangos en el tejado
con un vestido rojo.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Ahora sí,
ahora que nos alejamos de verdad,
ahora que no queda nada que decir,
ni si quiera ganas.
Ahora es cuando empiezan a doler los corazones.
Bombas de autocombustión en el pecho.
Almas sangrando:
"ésto no era lo que tenía que pasar."
Ojos incapaces de levantar la mirada.
Rostros rotos al decir adiós.

Creo que me estoy auto castigando por no haber sabido usar el amor.
Sí, tiene que ser eso. Estoy pagando las facturas del olvido y de haber destrozado los bienes privados de la ilusión. Y es justo, creo.
El amor no es vulgar, no se merecía ese final. No me merecía tenerlo después de haberlo roto de esa manera, con estas manos de asesina emocional.
Puede que yo no cargara la pistola, pero apreté el gatillo. Y ahora cumplo condena. Al menos, encuentro algo de justicia en mí. Aunque, ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta cuando éste ascetismo? ¿Cuándo podré alcanzar la redención y perder el miedo? ¿Qué hacer con la insustancialidad que a veces me arrincona?
De nada puedo estar segura con esta niebla unamuniana en la cabeza que se pronuncia cada vez que intento sacar conclusiones sobre esto.
Sólo sé, es una intuición palpable, que el castigo no se concreta aquí. Se me prepara algo más, algo que me va a atravesar el pecho, va a hurgar en él, y cuando más me duela, cuando esas frías manos clavadas lleven tiempo rebuscando en mis adentros y no pueda más, será cuando reviva.

Ojalá no me hubieras dejado, dejarte.

A veces, cuando algo por lo que hemos estado luchando termina mal, no podemos evitar pensar que hubiera pasado si hubiéramos ganado. No recuerdo como se llama eso, pero sé que existe.
Esta noche no puedo evitar pensar en cómo se nos murieron las ganas en el mejor momento.

Ojalá me hubieras amarrado a ti,
cuando nos avisaron de que se avecinaba un huracán.
Ojalá no hubieras dejado al viento
arrastrarme hacia el vacío,
ya que por más que se lo pido,
ahora éste no me absuelve.

Ojalá no se hubiera empezado a pudrir mi corazón.
Y ojalá no tuviese esta puta manía
de destrozar todo lo que me hace ilusión,
por miedo a que me duela.
O de destrozar algo cuando veo que se está rompiendo,
en vez de intentar arreglarlo.

Ojalá no me hubieras dejado tanto tiempo sola
y nunca me hubiera acostumbrado a la oscuridad de la noche.
Porque la conversación con el espejo
puede estar bien,
pero a veces no es compatible con la cordura.

Recuerdo que solías adivinarme el pensamiento,
ojalá no hubieras dejado de hacerlo,
o al menos, de preguntar por ello.

Ojalá no me hubiera acostumbrado a llorar
y no me hubieran impuesto la jodida rutina
de tener que estar echándote siempre de menos.
Ojalá no hubiera tenido que hacerme fuerte contra eso.

Ojalá me hubieras agarrado de brazo
cuando quise huir poniendo excusas baratas.
Ojalá no hubieras dejado de besarme.

Ojalá no me gustase tanto eso de usar armaduras
al mínimo salto de alarma.
Ojalá no se hubiera roto la alarma de tanto sonar.

Ojalá no se hubiera jodido,
ojalá siguiésemos siendo uno.

Ojalá yo no me congelase tan fácilmente,
ojalá tú no me hubieras retirado tu manta.

Ojalá no me hubieran infundado nunca este miedo que no me pertenecía.

Ojalá no me hubieras dejado, dejarte.

Cada vez me afecta menos el frío

No te preocupes,
que yo ya he llorado lo mío.
Éstos sólo son recuerdos,
descripciones de los restos
que quedaron después de tu tormenta.
Cristales rotos en el suelo
que piso de vez en cuando
y sangro un poco,
Pero ya no duele como antes.
Ya no dueles, sólo arañas.

(12.11.13)

lunes, 25 de noviembre de 2013

De algún modo
estás haciendo la guerra,
entre aquellos que te quieren y no quieres,
y los que quisiste que te quisieran pero no lo hicieron.
Los justos harán pagar a los pecadores por una vez,
y en tu piel se celebrarán las batallas
que se sellarán con cicatrices
de todas esas historias
que no quisieron ser contadas.




domingo, 24 de noviembre de 2013

Esto no es poesía

Contra todo propósito la albahaca está creciendo pese a que la tierra que tiene es escasa, de esa de los chinos que no vale para nada, y está congelada.

He dejado psicología, perdí el sentido de mi vida con lo mucho que me costó encontrarlo, si es que lo hice. Rompí con todo lo que me hacía estar mal. Seguía sin estar bien, seguí rompiendo cosas. Quemé mi necesidad de protección continua, y muchas de mis dependencias. Empecé más líos, seguía sin encontrarme, viviendo a quemarropa y sin sentido. Rompí esos líos también.
Mi padre no estaba de acuerdo con que le echara y volvió, a su manera. Eso era lo que necesitaba.
Y ahora es invierno, estoy arruinada, en mi casa hay 10ºC, me he tenido que acostumbrar a tener las manos congeladas, encima está llegando Diciembre. Me agobio intentando encontrar un trabajo que se pueda compatibilizar con esto que estoy estudiando que tampoco sé por qué lo estoy estudiando, pero allí he encontrado personas bonitas y buenas historias. Puede que por eso me haya quedado.
Hay menos gente en mi vida, pero los que hay son los buenos. Cada vez necesito menos.
Leo más. Escribo más. Sonrío más. Hablo menos. Encuentro respuestas, me hago más preguntas.
He aprendido a distribuir de una buena forma la importancia que le doy a las cosas.
Evito a cierta gente. Busco a los que provocan algo en mí. Sigo teniendo ideas de bombero retirado.
Ya no me altero por tonterías, de hecho, no me altero fácilmente. Cada vez me conozco mejor y estoy más a gusto conmigo. Dejo atrás golpes, discursos con poco sentido y fes muertas.
Es verdad eso de que los grandes cambios suceden sin que te des cuenta.
Voy entendiendo la vida aunque sigo sin hacerlo con las personas.
Acepto lo malo, lo intento cambiar si no es justo. Y si es justo lo asumo. Disfruto lo bueno.

Lo mejor de todo es que cuando ella se ríe, la vida me guiña un ojo. Y nos pasamos los días juntando ideas de bombero retirado, para que vea que no soy la única. Y nos entendemos, y nos protegemos. Algún día tendremos dinero para comprarnos un gato. Mientras tanto, vamos pensando el nombre.
Y celebramos la navidad comiendo pizza del Mercadona con una botella de tequila. Compramos unos sprays de esos de nieve para hacer una guerra en el pasillo. Y ya está.
-Y abuso del polisíndeton, pero es que me encanta.-
He encontrado la felicidad en los sitios más inesperados.
Tener que estar a diez grados me parece un precio razonable que pagar por todo lo que he ganado. Pero no me voy a quedar ahí, éste es el peor invierno que vas a pasar. Éste me ha cogido de sorpresa, pero el que viene, no. Tranquila.
He conseguido rehacerme, y lo he hecho sola. Y sólo así, he ido encontrando cosas bonitas por el proceso.

No sé si serán estos los días más felices de mi vida, pero como si lo fueran.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Yo lo olvido todo si tú haces algo con la sima de mi pecho:

Supongo que una de las principales características que nos distingue a las personas es ese cambio constante al que estamos sometidos: ya sea para crecer, aprender, perdernos o hundirnos. Por mucho que intentemos estabilizar nuestros factores internos para asentar una base, los factores externos siempre estarán afectándonos de alguna manera. Una persona no es lineal.
Aplicando esto a las relaciones humanas, puede que haya una posibilidad de que dos personas se conozcan en un momento en el que no están preparadas para conocerse y todo salga mal, pero a lo largo del tiempo con los cambios soportados, puede haber un amoldamiento y se aprenda a convivir, incluso a querer.
Estoy hablando de nosotros.
Nos hemos desconocido, ignorado, menospreciado, querido hasta el extremo, disparado donde más nos dolía, , vilipendiado, desgarrado, agujereado..
Y hoy, por imposición de la vida, del universo, de quién coño rija las leyes de las relaciones humanas, o de nuestra inconsciencia, ello, yo o superyó; me ha parecido que estábamos a gusto el uno con el otro.
Que no queríamos llegar a nuestro destino, no sé. Tal vez es que ha sido poco rato y no nos ha dado tiempo a espantarnos. O que haya sido sólo una ilusión, un espejismo.
El caso es que me ha gustado.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Por los corazones de inocentes que ajusticio en nombre de tu causa

Después de estos años sin vivir en la misma casa, ahora cada vez que te veo se me desordena algo aquí dentro.
¡Cuánta indolencia impuesta para estos pocos 20 que cargo! Que a veces parece que fueran 20 más, y otras 5 menos. Tortura. Demencia.
Ya casi no me duele, pero ese "casi" son unas agujas pequeñitas con la misión de convertirme en un colador.
Pídele al invierno que finja alegría cuando está desnudo y gris en esos doce bajo cero.
Pídeme a mí que actúe como si no quisiera que me abrazaras todos los días.
Lo hiciste, no dijiste nada, pero a veces un silencio da a entender mucho más que un montón de palabras. En tu caso el silencio, se convirtió en ausencia, y la situación se agravó.
Y aquí estoy, ya sólo me duele cuando te acuerdas de mí, decides llamarme, y me toca salir al escenario.

____________

Hace un mes que no nos veíamos, y hoy no han sido más de 10 minutos en el invierno de tu coche. Yo he interpretado mi papel y te he hablado de lo mucho que me río con mis amigos cuando me llevan a casa, por no hablarte de todas las lágrimas que se han secado desde que sé que existes y que no me cuidas.
Al despedirme te he dado un beso, así, sin pensarlo. Lo chocante es que creo que te has quedado extrañado. No sé si lo más triste de la situación es que te extrañes de que te de un beso, o de que lo quieras y no me lo pidas porque tengas miedo a que te lo niegue.

¿Qué quieres que te diga? No soy tan de piedra. A veces te veo, se me abren heridas, las noches quieren que se lo cuente, y yo necesito un lugar al que donar mis lágrimas o me terminan ahogando, que ya me ha pasado.

Antítesis:

(A ver si consigo organizar la noche. Analizo una antítesis que hay dentro de mí, y que si se pone la atención suficiente, se puede llegar a comprender)

Egoístamente nos sentimos dolidos porque personas cercanas no quieren contarnos sus problemas, sin saber si quiera si estamos preparados para oírlos, o si vamos a servir para solucionar algo esas grietas interiores.
Puede que no tengamos derecho a asomar la nariz a algo tan ominoso y privado, y nos tengamos que quedar con las ganas de intentar ayudar. Ayudar... ¿quién ayuda en este asqueroso mundo en el que todo se hace por algún interés?
¿Por qué hay siempre que contarlo todo? ¿En serio hace sentir mejor?
Esa es mi postura cuando me piden que cuente algo y en la que me baso para intentar entenderte.

Aún así, después de intentar acallar mis pensamientos con estas maquiavélicas reflexiones, me sigue dando pena que no quieras contarme lo que te ocurre.
Lo mío ya es viejo y no tiene sentido airearlo porque he aprendido a convivir con ello, pero tú no tienes porque ser igual.

A lo mejor es, que aunque no sepamos qué hacer con esos problemas ajenos, queremos controlar en la medida de lo posible la situación, tener todos los datos para poder así cancelar lo que hace daño, o saber un poco mejor qué se puede hacer para calmar ese dolor causado, y el primer paso para ello es saber lo que ocurre.

El problema con esto, es que no todos los que están cerca de ti (por desgracia social) te escucharán y les importarás tanto como para que se vuelvan unos científicos locos y aventurados de tu problema.
Simplemente te escucharán (la mayoría de las veces por morbo) y seguirán casi como si nada. Puede que en ese momento te digan alguna ridícula palabra de falso consuelo, pero al día siguiente, ya lo habrán olvidado.
Eso es lo que jode el asunto, y lo que te hará no querer volver a confiar.

También habrá un segmento de personas a las que sí que les importes un poco más y te escuchen, pero no puedan asumir lo que les dices. Eso no es culpa suya, pero tampoco ayuda.

Te quedas como estabas; sin soluciones, sin bienestar, pero con un añadido sentimiento de fracaso por haber abierto un poco más tus heridas y que no haya servido para nada.
Fracaso mezclado con frustración y decepción quizá.
Por eso ya no hablas, por eso ya no esperas, y por eso, sufres menos.

Yo puedo decirte que empezaré siendo una científica ingenua, pero me formaré para volverme una científica intrépida, buscaré soluciones, observaré, analizaré...
Si después de eso no consigo nada, al menos, no seré una de esas cobardes, morbosas e indolentes personas que se olvidan de ti. Seguiré actuando, estaré ahí, luchando contigo, o tirada en el suelo contigo, hasta que te levantes, hasta que vueles.
Y hay algo que sí puedo decirte con absoluta certeza:
 la fastuosidad del ave fénix, se verá eclipsada a tu lado cuando renazcas.

jueves, 10 de octubre de 2013

No me vengas con milongas.

¿Insinúas que ahora te duele/fastidia que no quiera saber nada de los de tu "sangre"?
¿Te molesta que no quiera ir ni al lugar donde viven para recuperar algo mío sólo por evitarlos?
¿Me adviertes que va a llegar tarde o temprano el día en que tenga que verlos? Eso lo sé, y no veas como me jode. Pero mientras tanto, no voy a propiciar un encuentro. ¡Faltaría más!
Te asustas del monstruo que tú mismo has creado ¿eh? Te lo tienes merecido.
¿Cómo pretendes que me importe una mierda gente a la que nunca importé una mierda? Pueden decir las mentiras que quieran, aquí las cosas se demuestran con hechos, y de ellos lo único que he recibido ha sido palabrería barata, cinismo. Y toda esa gazmoñería no sé si me hace reír o llorar. Por si acaso río.
Yo también puedo decir que dentro de dos meses me iré de misionera a África, y nunca hacerlo, pero queda bonito ¿no? No sé si me explico. Pues así son ellos.
Tranquilo, tú no estás a su altura, tú tienes tus esporádicas muestras de estimación, aunque la mayoría son cuando te pongo en la cuerda floja, pero algo es algo. Y he aprendido a conformarme.
Tranquilo también por esto otro, hace unos meses decidí no ponerte más en esa cuerda. Sostenerla me salía demasiado caro. Quiero decir, que decidí dejar de tomarme molestias para ver si te importaba. Ya no necesito nada. Me has enseñado a no necesitar ese afecto.
¿Qué quieres que te diga? No te asustes de que de un tiempo a esta parte ya no te llame. ¿No era ése tu propósito?
El otro día te atreviste a quejarte de que ya no te llamaba. Viviendo en la misma ciudad y desde hace más de dos meses sin vernos. Simplemente te ignoré. Era demasiado surrealista.
Yo tengo mis motivos para no llamarte y son esos. ¡Dime cuáles son los tuyos!
Yo tengo veinte años y tú cincuenta. Dime ¿quién es más gilipollas de los dos?
En fin, que yo te aprecio, pero no me vengas con directrices morales de la sangre y la familia porque no quiera oír hablar de la posibilidad de ver a tus hermanos, cuando tú llevas meses sin verme, viviendo a 10 minutos en coche de mi piso. Quieres salvar el mundo y en tu casa se mueren de hambre.
Que la indolencia lleva a más indolencia y somos el experimento que lo demuestra.
Mira, a mí ya no me duele tu indiferencia, pero si me llamas una vez al mes y perturbas mi mañana musical, haz el favor de no venirme con estas milongas.



domingo, 29 de septiembre de 2013

¡Al destierro!


El otro día recibí una carta desde el lugar más frío del mundo, o desde el más abrasador, el infierno.
El caso es que era desde un sitio en el que no se estaba a gusto, un sitio en el que he vivido por lo que me cuentan en la misiva.
No voy a negar que algo me sonaba de aquel lugar, pero el día que cogí el avión para marcharme lejos, muy lejos; mi mejor amiga, mi memoria, se empezó a hacer cargo de que olvidara aquella nefasta estancia.
Y yo seguí con mi vida, casi sin enterarme de nada.
No entiendo porque ahora esta carta se cuela en mi vida. A lo mejor es porque lo malo no se puede esconder y enterrar para siempre, pero entonces: ¿Qué hago con ello? En mis profundidades estaba bien, no quiero que ahora me empiece a herir:

[...]


Al final cogí la carta y la quemé, no quiero saber nada más de ese sitio. Y si vuelvo a recibir otra, la quemaré también.
¡Menudo asunto! Es más de lo que una chica de 20 años como yo puede manejar.
No quiero hacer nada con ello. ¡Al destierro!

Dices que a veces no comprendes qué dice mi voz:

Dejando a un lado las etiquetas y esas mierdas que tanto gustan a ésta, la sociedad en la que nos ha tocado respirar... Tengo que decir que: cuando llevas hablando a diario con una persona durante un tiempo prolongado, te ha empezado a importar y de repente, sale de tu vida con brusquedad, da igual todo, no importa que no concordásemos con ninguna etiqueta, duele igual.
Ahora que había empezado a escuchar a los platero...

"Mira aclárate" esas palabras que ahora revolotean en mi techo y que me dijiste el otro día no sólo una vez.
¿Qué me aclare de qué? Yo he sido bastante clara contigo desde el principio. Y si no es así lo siento. Pero creo que me he encargado de recordarte a casi a diario lo que podías esperar de mí y dónde estaba el límite. Parecía que estábamos de acuerdo.
A lo mejor lo que te confunde es que me gustes y que me guste estar contigo, pero que no quiera saber nada del tema sentimientos.. Bien, yo soy así, no te lo lleves a lo personal, no tengo ni tiempo ni ganas para nada más.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Paroxismo:

"¿Quién ha robao' la primavera?" como diría Rulo, o ¿Quién destrozó mi vida? como pregunté yo ayer por la noche.
A lo peor fui yo misma, a lo mejor fueron ellos, o fue un efecto de causalidad de ambos. O una inocente conspiración. Todo muy contradictorio, como los hechos pasados.
Pero bueno, ¿Qué importa eso? ¿Importa a estas alturas? De vez en cuando me pongo a buscar culpables. Alguien a quien dar una patada en las noches en las que no puedo dormir, o no quiero (casi todas), no sé.
Creo que le he cogido el gusto a esto de estar en guardia, y a pesar de todo lo que hago por mí, creo que todavía no me quiero, de lo contrario, no me sometería a ciertas cosas, ¿o sí?
Estoy desconociéndome, me digo "adiós" todos los días, pero no "hola".

"Lo importante no es lo que han hecho con nosotros, sino lo que nosotros hacemos con lo que han hecho con nosotros." ¿No? Eso es lo que me dijo un día Sartre al oído. Acto seguido, le miré asombrada y le di un abrazo, como si hubiera abierto un agujero por el que entra la luz en mi pequeña ratonera. Lo hizo.
¿Quién cojones soy? ¿Qué hostias han hecho conmigo? ¿Y qué mierdas estoy haciendo yo con lo que han hecho conmigo?

En serio, me gustaría tener aquí a los culpables para meterles una patada. Puede que tuviera que darme una a mí bastante fuerte, por no decir la más -por eso de que no hago nada bueno con lo que han hecho conmigo, con estos restos que han dejado de mí-, pero en lugar de eso me miraría, acariciaría y tendería la mano.
A lo mejor, si confiase en alguien, empezando por mí, se me pasaba un poco este caos vital.
Sé que me daría un abrazo, y lo agradecería tanto que me pondría a llorar. A llorar sobre lo llorado, a llorar sobre mis últimos errores y a llorar sobre esta crisis. Pero no por mucho tiempo.
Lágrimas de desahogo serían, no de lástima. La lástima es para los victimistas.

Yo querría echar a correr y empezar a alcanzarme cuanto antes.



22 de Septiembre, un Sábado con un viejo amigo imaginario:

Hoy la he vuelto a ver después de cuatro años:
Podría decirte que ya no es la misma, que es más fuerte (independiente quizás), menos sensible, que ha aprendido, y que está llena de hostias y arañazos bonitos.
Que la vida la ha jodido, y ella llena de rabia se ha terminado follando a la vida.
Que una vieja puta desdentada un día la sonrió, y la invitó a fumar.
Que ha crecido, a veces dispara y ya no la hieren.
Pero en el fondo sé que hay noches en las que no puede dormir y se escapa alguna lágrima.
Que tanta pelea la va dejando secuelas.
Que le parecería bonito necesitar a alguien y recibir abrazos porque sí, sin explicaciones.
Que la gustaría guardar el rifle y dejarse cuidar.
Que tiene la cara manchada, está más rota y más guapa.

Cuando decides seguir por la vereda de la mierda un desquiciado 17 de Septiembre a las 5:27

Y por no saber que pensar, se me ocurrió dejar de hacerlo. O por pensar demasiado, no lo sé. Al final acabé actuando a ritmo de los latidos y olvidé lo demás.
Lo que pasó, fue que a la gente parecía que no le gustaba esto, que no lo entendía, pero me dio igual.
En una desprevenida noche de Septiembre, el pensamiento volvió a mi cabeza, y su sitio ya no estaba libre, pero se quería quedar porque decía que sin él no podía seguir, que le necesitaba aunque fuera un poquito, y esto causó un gran revuelo dentro de mi cuerpo.
Quise dormir pero no pude, así que me pasé la noche pintando flores, palos y piedras en los ladrillos del muro hasta que el sol me dio los malos días y me dijo que descansara. Me quedé dormida en posición de defensa esperando al invierno, y ya no recuerdo nada más.
Pero cuando desperté, las flores se habían borrado, y sólo quedaban las piedras, los palos, y un chaleco antibalas de mi talla.
Comprendí que la vida se iba a poner mucho más hija de puta, y aquí estoy, con el chaleco puesto, las piedras en las manos, y pinturas en los bolsillos.
Porque me gusta que haya flores en todos los muros.

martes, 10 de septiembre de 2013

Carta al pasado:

Pasado mío:
Comprende que me muestre reticente contigo.
Me forjé en ti, pero permitiste que me rompieran una y otra vez.
Pasado mío,
eres mío, y por eso no te odio, pero ¿cómo enfrentarnos?
Eres la reunión de todos mis puntos débiles, y también el que me enseñó que no puedo ser vencida fácilmente.
Nuestra relación está impregnada de muerte, luz, desgracias e inocencia y esto no nos ayuda.
Se supone que para que ahora esté sana, tenemos que llevarnos bien. Bueno, en ello estoy, intento aprender, me voy enseñando.
Pasado mío,
es absurdo que sigas intentando matarme. ¿No ves que ya soy inmune?
Sé que te cansarás de probarme, mientras tanto, yo estoy dispuesta a enfrentarme a la palestra las veces que haga falta, para no morir.
No me vas a herir, porque ya me has dolido mucho y me he saturado de ti y de tu mierda. Inténtalo lo que quieras. No me vas a doler. Puede que me dejes desubicada y confusa, pero no vas a acabar conmigo.

Papá.

Hola, ¿Cómo estás?
Tú sigues ausente y yo sigo echándote la culpa de todo.
Y te seguiré culpando, incluso de que se me caiga un lápiz al suelo, hasta el día que decidas aparecer para defender tu inocencia.

viernes, 16 de agosto de 2013

¿Qué quieres que te diga?
Sin ese fuego,
no sé ser.
Puedo llevarte a obras de teatro
y recitales de poesía.
O ser una loca del coño
que te trae cervezas,
mientras baila todas las canciones del verano,
y algún que otro tango de Gardel.

Puedo bajar al infierno,
pelearme con tus demonios
y volver invicta,
sólo porque ha sido por ti.

Una señora en la calle y una poeta en la cama.
Puedo esperarte y ser Penélope,
o lanzarme a la batalla disfrazada de soldado,
y que arda la ciudad.
Ésto último es lo que me va más.

Puedo hablar a escondidas con tus miedos
y hacer que desaparezcan
a base de caricias.

Incluso hacer que Pegaso perdone
la soberbia de Belerofonte.

Recorrerte con besos
a paso de tortuga,
o hacer que se te ponga el corazón
a mil por hora.

Someterme a la crítica.
Inventarme un final para la historia interminable.

Yo que sé,
construirte un castillo deforme
con la arena de todas las playas del sur.

Lo que no puedo hacer,
calmar la tormenta de mi boca.
Asesinar lo que llevo deseando
desde que sé que quiero esto.
No puedo.
Si me pides eso,
no me quedará nada

Y no seré yo.

jueves, 15 de agosto de 2013

Fuimos dos guerreros autónomos
encontrados y unidos ante el mundo.
Ordenábamos el caos quitándonos la ropa,
y así todas las preguntas del mundo dejaban de importar.
Cerrábamos heridas con sólo tocarnos.
Construimos el mundo de cero como si la historia no contase,
y así solíamos conseguir que el pasado no doliera.
Me abrazabas y al mal no le quedaba mas remedio que rendirse.
Cada vez que pronunciaba tu nombre
el cansancio y la desgana se daban la vuelta.

Y así teníamos que haber seguido,
desafiándolo todo.

Pero dejamos de bailar en mitad de la calle,
ya no despegábamos a correr sin motivo.
El silencio fue ganando terreno.
Nos volvimos la víspera de todo y la llegada de nada.
Estrellamos nuestros cuerpos contra la mediocridad.
Le dimos la razón al tedio sin esfuerzo.
Matamos a los besos
y cuando deja de haber besos,
las primeras heridas empiezan a aparecer.

Pudimos ser épicos, estuvimos cerca.
Pero nos convertimos en los asesinos de la primavera.

Nuestra historia nunca fue triste,
lo triste fue dejarla morir.

martes, 25 de junio de 2013

Parece que lleves la tristeza impresa en tu alma, y no te queden más folios para imprimir un paisaje soleado.

Lo único que me haría feliz en estos momentos sería poder cantar la canción más triste del mundo. (Menuda paradoja esta).
Quizás sea porque en ella encontraría algo con lo que sentirme identificada, y eso me haría feliz, ya que no puedo contar a nadie por medio de una conversación tradicional esto que me pasa. Porque sería como un veneno rápido y oscuro corriendo por sus venas, no creo que lo resistiese, lo transformaría en otra persona o lo mataría.
A mí me ha dejado atolondrada, como si yo no estuviera en mí. Todos los planes que tenía, a los que creía que me acercaba, se los ha llevado a un lugar lejano, "la conchinchina", por decir algo.
Un lugar perdido del que no existe ni mapa. Un lugar al que tienes que encontrar si quieres volver a ser feliz. Puede que sea lo que algunos llaman, "el sentido de la vida". Sí, pues el sentido de mi vida (o la mayor parte de él) se lo han llevado a la conchinchina.
No me queda otra parece ser.
Estoy apañada.
Bien, intentemos empezar a buscar pues.

martes, 4 de junio de 2013

La espiral del silencio. La agresión pública y silenciosamente tolerada:

"La espiral o conspiración del silencio es el proceso por el cual la no intervención y el silencio de los observadores de agresiones, son interpretados como una señal de conformidad."
De modo que lo que es sólo la opinión de una parte, llega a ser considerado como una manifestación de aceptación generalizada. Esta situación cuando se produce de forma constante, hace más difícil la expresión de posiciones contrarias a este tipo de acciones, y en este sentido promueve la violencia:
La víctima pierde la esperanza de encontrar apoyo y defenderse de tal trato, los agresores persisten en su conducta y los observadores van desarrollando estrategias de afrontamiento que pasan por evitar verse comprometidos (evitan el contacto con la víctima, hablar de lo ocurrido) y por dar señales pasivas o activas de simpatía hacia los agresores (participan con normalidad en actividades con ellos, justifican sus acciones minimizando la gravedad de lo ocurrido.)
Y esto es terrible para la sociedad chicos, quedarnos mirando pasivamente ante una injusticia es casi tan grave como cometerla. Empeoramos la situación si la aceptamos y no reaccionamos contra ella.
Con esto quiero decir: que no tengáis miedo. Sed más humanos, implicaos. Este es un principio que se está perdiendo y escasea.. Porque es más fácil no hacer nada. Pero no, no es lo correcto.

-"La única forma de que el mal se apodere del mundo, es que las buenas personas no hagan nada."


lunes, 11 de marzo de 2013

Crisis de existencia un día del padre de algún año de estos:

Todos tenemos nuestro monstruo del armario, una infancia mal curada que nos deja huella.
Unos cimientos mal puestos que hacen que nos desmoronemos cada poco, que no seamos lo suficientemente fuertes, que no tengamos anticuerpos.
No juzgo a nadie nunca, porque sé lo que duele ser juzgado gratuitamente, sin conocer los hechos.
Hay que aprender a desprenderse de los miedos, a no vivir por nadie. A caminar esquivando las piedras que nos lanza el destino, y si alguna nos da, a ponerle agua oxigenada a la herida, y seguir caminando. Y no lo que hacemos normalmente, que nos dedicamos a hundirnos en el dolor que nos produce ese golpe, a observar la herida y a lamentarnos.
Para todos aquellos, que crecieron sin cimientos, que les faltó un padre, una madre o su cariño: Si hemos llegado hasta aquí, podemos llegar a cualquier lado, somos más fuertes de lo que nos creemos, pero tenemos que demostrárnoslo sólo a nosotros mismos.

Te falta un cimiento, y eres más débil que el resto por ello ¿y qué?
Nadie ha dicho que no podamos cambiar las reglas del juego, y construir nosotros mismos ese cimiento que no nos dieron. 

Y, si conseguimos con todas estas dificultades que nos ha dado la vida, salir adelante, y ser felices,   seremos mucho mejores que otras personas que consiguen lo mismo con más facilidades.