domingo, 23 de marzo de 2014

Su historia

Su historia no es una de esas que salen en los libros
su historia no es una de esas que se ven en las películas,
su historia.
Su historia está cargada de cagadas y resentimiento
de mentiras afiladas y de comentarios hirientes.
Su historia
yo nací de esa historia.
Su historia son unas vacaciones de 15 días en una piscina de Benalmádena
visitar la Alhambra con los niños a hombros
montar en familia el árbol de Navidad
(siempre el padre pone la estrella).
Un paseo por la playa en la noche de Benidorm
el viento de Torremolinos poniéndolos morenos
celebrando que la niña cumple cuatro años con una mochila de los 101 dálmatas como regalo.
Su historia eran risas y canutos
conciertos de Moustaki y lecturas de Nietzsche.
Viajes en autoestop hasta Barcelona
para verla a escondidas de su hermano.
400 cartas a un soldado que hacía la mili en Canarias.
500 mujeres y hombres entrometidos que acabaron por ganar a esas cartas.
Su historia es el castillo de protección oficial  más bonito jamás construido
enterrado por el magma ensangrentado de una erupción pliniana.
Es hacer oídos sordos a las bocas que intentaban destruirlos
y seguir desafiando a la gente con sus sonrisas y su tele nueva.
Su historia es una señora gorda acostándose con mi padre y enamorándose de él cuando yo estaba a punto de nacer.
Su historia es mi madre en Praga con cualquier hijo de puta con los ojos azules que sólo busca sexo sucio en una habitación de un hotel impecable.
Su historia.
La pasión y la rabia de los añicos de una vajilla contra la pared mientras te grito
pero quédate, y abrázame, que si me pides perdón haré como que no ha pasado nada.
El "¿por qué me has engañado?"
El "ésto es lo que hay"
El "me quedo porque tengo miedo"
El "si te vas te separo de los niños y te destrozo la vida"
El "perdona, quédate"
El "no, lo siento, ya es tarde".
"Venga, te abrazo e intentamos seguir."


"Me has destrozado la vida, llevo la cogorza del siglo, es nochevieja y estoy llorando por ti"
El espejo de la entrada roto por un puñetazo,
la cena lista avisando en el horno
pero no huele a Navidad.
La mano llena de cortes que duelen menos que la rabia con la que se dio el golpe
El "he sentido miedo, ahora si que me voy"
"Vete a la cama, la niña está llorando en el baño y el niño ha preferido salir de fiesta y no ver nada"

Más gritos, más llanto, "por fin se ha dormido".

El "lo siento, la cagué" de la mañana siguiente.
El "yo lo siento más, pero ahora sí que me voy" como respuesta.

"Te voy a joder la vida."

Depresiones,
ganas de morir,
falta de fuerza y de dinero.

Una pequeña luz,
cada uno por su lado,
nuevos caminos
viejos recuerdos cuando se ven
sonrisas y algunas lágrimas a escondidas.


Explicaciones años mas tarde:
"Sara, tu madre es la única mujer a la que yo he podido querer en la vida
y yo he sido el único para ella también, sino pregúntate "¿Por qué nunca está contenta con el novio de turno que tiene?"
"Si pudiéramos volver a empezar..."

Lo que más me jode de todo esto es que todavía se quieren
pero no se salen a buscar.


Estos son algunos de mis escombros
éstos son mis restos.
Seguro que no es lo que esperabas pero por lo menos,
ahora dejarás de darme el coñazo con la preguntita de
"¿Por qué odias la navidad?"



Te rompí el corazón cuatro veces,
lo que no sabías, es que cada vez que te lo rompía
me arrancaba el mío y te lo daba.
Pero no te diste cuenta, o no quisiste darte por ganado.
Y cada uno tuvo lo que no se merecía.
Un corazón arrancado, otro perdido
y los dos rotos.
Pero no pasa nada,
hay otra manera de verlo,
como dijo alguien:
ahora tocamos todos a más.