Yo no te puedo prometer nada, amor.
Ya vienes manchado de muchas promesas
que salpicaban al romperse.
No te voy a romper,
no creo que necesites más cristales
que dicen ser eternos
pero se hacen añicos
a una mínima subida de temperatura.
Espero que no esperes
que te jure nada,
y que te fíes de cada beso que te de
por eso que dicen de que los actos demuestran más.
Escucha lo que te dicen mis versos
y mira la cara de idiota que se me queda
cuando entras en la habitación en la que estoy,
y me doy la vuelta para que no descubras
que estoy sonriendo sólo porque has venido.
Mira a ver que te dice eso.
Pero ahora no esperes más
de este barco naufragado
que se ha convertido en isla
y te deja ser su habitante.
Es verdad lo que ves,
estoy cosida por todos los lados,
a veces se me sueltan los hilos
y me tengo que lamer las heridas.
Pero cuando sonrío no se nota
y ya has visto que sonrío mucho.
¿Qué te voy a decir?
Soy una isla hablando con el mar,
eres el mar rodeando a una isla.
¿Qué haces?
No hay comentarios:
Publicar un comentario