miércoles, 17 de diciembre de 2014

Encontrarse es difícil. Cosas que he estado haciendo. (17/11/2014)

(A todos os habrá dado alguna vez la vida una hostia, o varias. Bien, aquí está el camino que recorrí cuando una vez creí tenerlo todo y mi vida decidió darse la vuelta en todos los sentidos.)

Romperme en cuatro.
Volverme loca.
Salir corriendo.
Soñar varias veces con Baroja
y hablar con él.
Emborracharme con un extraño.
Imitar a Kerouac.
Aprender esperanto.
Follar en la santa sede.
Romperme en ocho.
Viajar a Indianapolis,
comer no se qué de pato, vomitar y volver.
Vender mi alma,
encontrarla rebuscando en la basura en forma de gato,
y llevármelo a casa.
Salir a pasear a un perro a las tres de la mañana,
intentar hablarle al dueño de Unamuno,
y al ver que no podía
huir de allí a las cuatro.
Romperme otra vez
ahora en cincuenta.
Aprender a dar la vuelta en el aire a las tortillas.
Tocar la guitarra con resaca.
Contarle mis secretos a un admirado desconocido de Granada.
Amanecer en un sitio en el que nunca antes había estado con la cara manchada y el vestido mojado.
Construir una fortaleza con palillos, pinturas y piedras.

Para acabar otra vez frente a ti y decirte:

"No te he olvidado."

Intentar restaurarnos y destruirnos más.
Reencontré mi habilidad para suscitar el caos,
y volví a ahogarme entre la desgana.
A no necesitar eso,
a no necesitar nada
salvo a mí.
A reconocerme entre papeles desordenados.
Me metí en una fuente desnuda
bailé y volví a casa.
Soñé con Kierkegaard y
tomé café con Sartre
ambos me abrazaron fuerte,
éste último más.
Hablé conmigo,
me pregunté qué me pasaba.
¿Qué es el amor y qué es lo que ha hecho conmigo?
¿Qué he hecho yo con él?
Provoqué el desastre sin querer, como Luis Ramiro
Fui juzgada,
sólo encontraron desinterés forzado
por un mundo que no me pertenecía.

Me crucé con unos ojos marrones
que cosieron mis cincuenta trozos y
lo vi todo mucho más claro.

Una vez estuve enamorada muy fuerte.
Una vez yo habría dado cualquier cosa
hasta que vinieron a matarnos,
tú no hiciste nada y yo
al ver la situación
me uní a los enemigos.

Después me quedé vacía
y ya no entendía nada.

Hasta ahora, que me quiero,
que beso al amor todos los días
me da cobijo
y promete no soltarme.

¿Quién puede fiarse?
Pero es eso justamente de lo que hablo:

yo le creo.


martes, 25 de noviembre de 2014

Si tú te caes, yo me rompo.

Hay que quererla mucho, no todo el mundo pierde su inocencia en un día con un puto golpe en el que además estalló en pedazos toda su vida,  y luego tiene los cojones de seguir adelante.

Joder, a veces se me olvida todo por lo que has pasado y soy dura contigo, pero es que no quiero que te puedan hacer ningún rasguño más.
Sé que eres fuerte y que siempre te recuperas pero es impulsivo que necesite hacer todo lo que esté en mi mano para evitarte otra cicatriz, me sale solo ese instinto de protegerte a toda costa.
Tengo la sensación de que cuando tu padre se fue dejó en mis manos el papel de cuidarte,
y me jode mucho no llegar nunca a su altura pero pongo todo mi empeño en ello.
Te quiero entera, te quiero fuerte, te quiero sonriendo y bailando por casa con ese punto de locura tan nuestro, te quiero dar mi fuerza y sangrar en tu lugar si a ti te hacen la herida. Te quiero mamá.


lunes, 17 de noviembre de 2014

Ven, que tengo mil canciones que enseñarte.

Ayer me volví a poner tu bata azul clarito, intente emular un abrazo tuyo pero no funcionó. Vuelve, te echamos mucho de menos.
Ya no tengo a quien cantarle la muñequita linda (siempre fuiste tú aquella delicada muñeca), ni la del sevillano de las siete hijas, ni la de Alfonso XII. El otro día me salió cantarla un poco en una sala de exposiciones con Samuel pero no se la sabía bien y le tuve que enseñar, como tú me enseñaste a mí.
Por un momento estuviste allí. ¿Estabas cantando con nosotros?

Vuelve, que necesito consejos sobre como cuidar a mamá, lo intento hacer lo mejor que puedo pero tú sabías mejor.
Vuelve y cuéntame.

¿Sabes una cosa? Ya tengo un trabajo, es de cocinera. Seguro que te habría gustado, a mí también, pero no es lo que quiero hacer siempre. Creo que nunca llegué a explicarte lo que quería estudiar... Ven, que me encantaría hacerlo, como cuando te enseñaba mis juguetes.

Mamá vuelve a vivir tu pérdida algunas noches y te echa mucho de menos, yo no sé cómo explicarle que todavía estás aquí.
 Ven, y hazlo tú.

Hemos vuelto a comprar yogures, ahora me han empezado a gustar.
Ven, y merendamos juntas.

Ahora tenemos un gatito. Con lo que te gustaban esos bichillos, ¡te encantaría este!
Mamá dice que si siguieras sentándote en tu sillón, él se pasaría las tardes acurrucado en tus piernas y yo creo que tiene razón. Es una pequeña joya a la que abandonaron.
Ven, que te le presento.

Te veo muchas veces, te quiero encontrar en cada guerrera pacífica con el pelo blanco que camina por la calle, pero el trono lo tenías solo tú.
Te veo cuando una madre y una hija están dando un paseo, o cuando voy al parque, o cuando cualquier abuelita se me cruza por la ciudad y siento el deseo de ir corriendo a abrazarla pensando que eres tú.

Este verano hice una amiga, estaba con Samuel sentada en un banco y quiso sentarse con nosotros,
nos contaba historias y yo quise pensar que os parecíais, también imaginaba las historias que tú nos contarías en su lugar.
Nos invitó a ir a su casa cuando quisiéramos, era amable como tú. Me gustaba pensar que podrías ser tú, y también quise abrazarla.

Vuelve, que te echamos de menos.
Ven, y tráete a Diego.
Ven, y cántanos la nueva canción de Moustaki que sólo puedes escuchar tú ahí arriba.
Ven, que necesitamos que nos protejas, que a vivir sin ti no se aprende.
Ven, y cuéntame la historia de tu fortaleza.

Ven, que sin ti sigo sin saber ser.

martes, 11 de noviembre de 2014

Sobre ti, sobre mí, sobre cuando la vida decide acariciarte.

Hace mucho tiempo que no me invade la rabia ni tengo que evadirme usando el bolígrafo y el papel como vía de escape de una lacerante realidad.
Hace mucho tiempo que no me tengo que quitar a tirones la cuerda que me anudaron al cuello de la única forma que sé: hostigando este teclado a ciegas con lágrimas en los ojos pero con mucho que sacar.
Y joder, qué sonrisa.
Hace mucho tiempo que no te echo de menos porque no me hace falta,
porque te encargas de estar presente en todo lo importante.
Hace mucho que no siento ni desconfianza, ni vacío, ni flaqueza porque me arriesgué a confiar en ti y siempre que lo necesito apareces, en cuanto ves mi llamada no tardas ni un segundo en llamarme a ver que pasa.

A veces las cosas si que pueden cambiar a mejor.
¿Quién nos lo iba a decir? A nosotros, pobres incrédulos que naufragamos en la cómoda afirmación de que es muy difícil que algo cambie a estas alturas. Pues bien, he tenido que esperar diecisiete años para volver a darte el abrazo que te di cuando tenía cuatro, y veintiuno para que nuestras sonrisas bailen juntas la misma canción.
¿Y sabes una cosa? He reducido todos tus errores a tres o cuatro cenizas mal tiradas (ya sabes lo buena que puedo llegar a ser en esto de incendiar amenazas), igual que a ti se te olvida contar si hay que hablar de los míos, y me quieres aún con esta pasión en la cabeza que a veces me puede más que cualquier otra cosa aunque tú con los años hayas optado por darle prioridad a la razón.

Los grandes cambios suceden así, sin que puedas darte cuenta de lo que está pasando hasta que todo ha cambiado y te quedas mirando el resultado, y esa es la suerte, nada cambia por arte de ingenuidad de un día para otro.

Algún día te devolveré todo lo que me has enseñado llevándote a flipar viendo las cataratas de Niágara, algún día iremos, te lo prometo.
Mientras tanto, gracias por esta filosofía de vida, por enseñarme a tener ganas de avanzar aunque a veces el éxito se muestre esquivo. Ese es el verdadero mérito, ser feliz es muy fácil cuando todo te va bien. Nosotros bailamos más allá.

Y ese mal pasado me importa una mierda si ahora vas a estar para abrazarme el presente.


miércoles, 29 de octubre de 2014

Pequeños trocitos

-¿Así que me admiras, eh? Dios.
+¿Qué pasa?
-Eso es mucha responsabilidad, ahora no puedo ser mediocre.
+No podrías serlo aunque quisieras.
-Yo también te admiro a ti.
+Lo he notado.
-¿Ah sí? ¿En qué?
+En cómo me miras muchas veces, en cómo te bebes mis palabras cuando hablo. Se te nota en la cara.
-Una relación no tendría sentido si no hubiera un grado de admiración mutua. ¿Qué te aportaría el otro si no?
+No te haces una idea de lo muchísimo que me aportas.
Lo estás haciendo otra vez. Date cuenta de cómo me estás mirando.
-¿Crees que puedes decirme eso y que no pretenda besarte ahora mismo?
[...]
-Se está hundiendo el escaparate.
+Me da igual...

lunes, 27 de octubre de 2014

Ya no voy a ver a Marwan

Me duelo.
Ya no voy a conciertos de Marwan
por miedo a encontrarte entre el público
y no saber qué decirte
ni a dónde mirar
cuando cante esa canción
que te dediqué cuando le descubrí
como si de un tesoro se tratase
que quería enseñarte sólo a ti.

¿Qué coño voy a hacer 
si se pone a tocar esa canción
con la que follamos una y otra vez
llevándonos al orgasmo
sin dejar de mirarnos
y sentirla en la piel?

Me aterroriza sobre todo mi reacción
cuando pronuncie esas frases
que me hacían querer cantar contigo alto, muy alto
para que nos oyeran hasta los gatos,
o cuando hable del primer amor
y ya no nos mire
como lo hizo esa primera vez
cuando le conocimos.

Ya no voy a ver nunca más a Marwan
tocando su guitarra
como quería que tú me tocaras todas las noches
pero nunca llegaste a aprender.

Creo que no podría soportar
que se pusiera a tocar mi canción preferida,
esa que tantas veces intenté que sintieras como yo
pero que no supiste entender
"Yo sólo quiero" pero ya no contigo.

Ya no voy a verle
sobre todo
por miedo a que nos reconozca entre el público y nos diga:
"¿Veis? Tenía razón aunque me desafiasteis. 
El primer amor nunca es para siempre. 
No sabíais lo que hacíais aunque parecíais felices.
Lo siento mucho pero, os gané."

jueves, 23 de octubre de 2014

Te vi sonreirme bajo la lluvia

...y aquel día en el que perdí los nervios y me guiñaste un ojo como diciendo "ech, para. No pasa nada Sara. Vas a saber solucionarlo", y aquella vez que pensé que mi madre se moría, y aquella otra en la que tuve el peor día en el trabajo y rompí un plato y luego otro; y aquella tarde en la que perdí el autobús, y en esa otra en la que... 

23 de Octubre: De ésto aún no he hablado pero también llevo dentro que hoy hace seis meses desde que te fuiste a vivir a una estrella para cuidarnos mejor, y desde entonces no ha pasado ni un solo día sin que te haya visto sonreírme. Gracias por tus cuidados, 
para ti si que hay un "siempre" porque es imposible olvidar lo inmortal, Diego.


23 de Octubre

"Odio que hayas empezado una relación en esa fecha porque es mi cumpleaños, y ahora la adoras, pero cuando cortéis la vas a odiar y vas a estar triste el día de mi cumpleaños."

Menos mal que cuando aquella chica me dijo eso mi cara fue de perplejidad y no le hice más caso. No podía estar más equivocada.
El 23 de Octubre del 2010 nació algo, empezó la historia más bonita de mi vida, doy gracias a esa fecha, a esa historia, al pasado por pasarme a mí.
Si no hubiera tenido esa historia no sería la persona fuerte y sin miedos que soy ahora, no tendría esta confianza en mí para arreglar telarañas, no sabría que algunas cosas son más bonitas cuando están rotas. 
No habría amado, no habría aprendido, no habría vivido nada.

No voy a lamentarme por nada, todo lo contrario, cuan afortunada me siento de poder tener almacenados en mí todos esos recuerdos, todas esas emociones, todas esas travesías, risas furtivas, todos esos viajes aunque no nos moviéramos de la habitación, todos esos sentimientos, todo eso que las palabras no llegan alcanzar. Todo eso me ha quedado, y es infinitamente mucho más de lo que tenía antes de conocerle, así que gracias. Un gracias tampoco alcanza la magnitud de lo que debo, pero por algo hay que empezar.
Haber creado todo eso con él no me parece una mala manera de vivir, y así estuve sonriendo durante años.

Hoy no voy a escribir sobre cómo nos pudrimos, esa es otra historia. Los platos rotos sobre la mesa son evidentes, pero hoy no hay sitio para ellos. 

Hoy vengo a mimar lo bueno, que es lo que más sitio ocupa dentro de lo que guardo. 
Hoy vengo a recordarte, no con flores como se recuerda a los muertos. Hoy pequeña, te traigo azúcar y caminos inexplorados, me siento contigo a comer golosinas y te traigo paz. 
Hoy me enamoro del amor, del corazón con velas en el suelo, de los dos inocentes niños que nerviosos pero sin frío estaban a punto de darse la vida, estallar y escapar de todo lo que conocían.

Hoy me rindo ante el recuerdo de cuando aprendimos a sentir con la fuerza de ese niño que jugando al escondite encuentra el mejor sitio para refugiarse y cuando ya han pillado a todos sus amigos, corre, corre muy rápido y no mira atrás, corre como si no hubiera nada más importante que esa carrera y sus amigos, como una veloz gacela, para salvarlos. "Por mí y por todos mis compañeros" "Por mí y por ti, compañero de vida."
De esa valentía de héroe de parques es de la que hablo. Nos entendimos con ella, pocas veces me atrevía yo a salvarme antes de conocerte. Pocas veces te escondías tú cuando era yo la que te buscaba.

Aprendimos el lenguaje de los pingüinos cuando se abrazan y prometen que se van a cuidar aunque sólo vean todo ese hielo.

Esta historia no se merece otro recuerdo, y pido perdón si alguna vez en la osadía de mis cortantes pesadillas he tenido el descaro de intentar recordarla de otra manera, por muchas heridas que me hiciera. No, no se merece una vulgarización como si de cualquier otra simple y humana estuviéramos hablando.
Con esto me quedo, con todo lo bueno, que es de la única forma en la que merece ser recordada mi pequeña muerta de casi tres años.

lunes, 20 de octubre de 2014

La decisión está tomada

"Se fuerte y dispara si arden los sueños"

Estoy ansiosa por enfrentarme a esos papeles, pelearlos y meterme dentro. Que ganas tengo de rehacer mis horarios, instaurar la dictadura de la disciplina, repartirme el tiempo y volverme tan metódica como el puto Kant.

Ya he dado el paso, escupir el corazón en cada tema y exigirme la máxima nota, mi mayor preocupación de aquí a unos meses. Reventar los test y gastar lapiceros, bolígrafos y cuadernos.
Hace tiempo que dejé de ser una niña de mamá y siempre tengo quemaduras en las manos por haber aprendido a sacar las castañas del fuego, y me alegro.
Que la vida no me haya dejado optar por le camino fácil no es algo que me pese, al contrario, me motiva, me mantiene viva y me hace crecer.
Tú puedes quedarte en tu puto sofá quejándote del calor que hace o de que te aburres en verano sin una pretensión por la que mover el culo, poniéndote hasta arriba de cerveza los sábados y matando de tedio a los domingos, pero luego no me vengas a joder con el cuento de que le pido a la vida demasiado. Igual es que tú no tienes ni idea de lo que quieres porque nunca has tenido que ganarte nada y eso sí que es triste.

Por eso te equivocas, no le pido nada a la vida, porque no me lo debe, me lo gano yo.
Acomodarme no está entre mi vocabulario y fantasear con el destino que me puede tocar de aquí a un año es algo que me anima a seguir con esto, por muy difícil que parezca.

Esto es para mí, sin duda lo noto. Me pongo cachonda pensando en que probablemente éste sea el reto más difícil que me he propuesto y tengo ganas de superarlo. Ganas y fuerza porque me encuentro en sintonía con la vida, porque me encanta estar acostumbrada a lo difícil y, ¿para qué negarlo?
Porque me va la marcha.

miércoles, 15 de octubre de 2014

"Las chicas libro huelen a vainilla"

                                                                                        "¿Quién quiere una chica calculadora existiendo las chicas libro?"
Irene X.

Llego tres horas tarde y ella no está, no sé si la veré hoy.
Rápidamente miro su mesa y ahí están sus libros, la chica de los libros, siempre va con ellos.
Y yo deseando abrirle el pecho, para leer que es lo que esconde ahí adentro.

sábado, 4 de octubre de 2014

Hoy he vuelto a soñar contigo (06/09/2014)

Hoy me he permitido pasar la tarde soñando contigo como hace mucho que no lo hacía.
Ya casi se me olvidaba cuanto te deseo, te tenía como un sueño aletargado que algún día quizás despertase, pero no me metía en las entrañas de tus privilegios ni de tu precio, ni de lo mucho que cansa mental y físicamente el intentar llegar hasta ti.
He estado a punto de hacer una locura después de verte tan lejos: casi te abandono, casi me meto en otros caminos que me alejarían aún más de ti, casi te pierdo.
Pero hoy he vuelto a ser consciente de lo mucho que me vas a costar y se ha vuelto a prender el incendio. No sé si será porque realmente te quiero o por la estúpida cabezonería de querer conseguir lo que me propongo, el caso es que te quiero y quiero que formes parte de mi vida. Que no te olvido, que cada vez nos falta menos, cada vez me acerco más a ti aunque tú intentes alejarte,
y créeme cuando digo esto porque lo digo desde la firmeza que me ha dado el ir consiguiendo pequeñas metas a base de tropezones:
te voy a pillar, y cuando lo haga querida mía, lo único que vas a desear es que te hubiera cogido antes.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Puede que la clave resida en esta diferencia

Y si te analizas y descubres que no fue por amor sino por comodidad o conformidad por lo que soltaste la imprudencia esa de que te querías quedar.

Los dos nos merecíamos esto

"Tsunami rubio de ojos verdes."

"Que sus ojos eran color tierra en la que echar raíces."

Llevo toda la noche metida en canciones de Andrés y pseudopoemas de desamor y amor que dicen entendernos, pero que no saben explicarnos.
Llevo más de un mes de Mayo y un Octubre debatiendo con Chaplin sobre lo mal que contamos este chiste en el que nos quedamos atrapados casi un año, llevo cinco minutos dándome cuenta de que por fin hemos sabido salir y de que joder, qué difícil ha sido.
Llevo veintitrés minutos sintiendo el alma llena por una sonrisa que va dedicada a ti, después de los diez minutos y otros diez de antes con pinchazos en el pecho.
Me he dado cuenta de algo que tus dedos no me han dicho porque ya no me tocan, pero mira esas palabras que has creado por ella, mírame a mí recitándole a él textos como si su pecho fuera el lugar donde el amor decidió darme cobijo, como si me hubiera reencontrado; mejor, como si nunca me hubiese perdido.

Míranos a ti y a mí gritando con toda la fuerza que el amor no es una mierda después de habernos partido el corazón por trescientos sitios distintos.
Mira y dime si hicimos mal boicoteando nuestra propia revolución, abandonando un barco que ya no sabía llevarnos a ninguna parte que no fuera el fondo de la desgana.
Mírame y dime que no huele bien su pelo, que no haces una fiesta cada vez que se ríe y que no te mueres cuando se queda mirándote fijamente un ratito, y tus miedos se pelean por ver cual de ellos salta primero por la ventana.
Atrévete a mentirme diciendo que podíamos seguir luchando en defensa de la muerte cuando ahora tenemos todas estas ganas de vivir.
No seas cobarde y a ver si puedes negar que desde que nosotros no, no tienes más ganas de todo, no tienes más de diecisiete proyectos nuevos, y todas esas aspiraciones de mejorar y crecer como persona.

Y es que empiezo a pensar que lo que juzgamos como absoluto es lo menos fidedigno que te puedes llevar a la boca después de llevar siglos mordiendo su carne caducada.
Y es que firmaría cualquier documento en blanco para que escribieses lo que te diera la gana sobre sus costillas y en su espalda todo lo que te callaste cuando creíste quererme a mí.
El error fue querer vencer a la marea con una escoba como salvaguardia, el error fue querer mantener un lugar cálido cuando nuestra temperatura de aislamiento estaba bajo cero. Apagarnos, resucitarnos para no cargar con el peso de un cadáver a las espaldas. Lo de siempre.

No voy a negar que supusimos una transformación del alma, que hicimos época, no voy a negar que nos aprendimos con las ganas del que memoriza la dirección del trabajo de su vida, de ahí el elevado precio de rasgarnos, pero eso ya es sólo otra vieja historia que guardar para algún momento en el que salvarnos cuando no nos quede nada. Ahora no.

Si acaso un perdón por los bailes, por no saber rendirme a tiempo y por quemarme una y otra vez con las llamas de un fuego extinto. Si acaso un sí te quiero tanto, pero ya sin fiesta, sin calor, sin velas.
Si acaso un mejor así, un te echaré de menos.

Pero que no se te olvide algo:

Despedirme de ti
es lo más difícil
que he tenido que hacer
en la vida.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Voy a dejar de condenarme por ti

"Prometernos era malvendernos la piel"

Yo hice un trueque contigo y nos las cambiamos. Invertimos y perdimos. La tormenta nos arrastró a los dos aunque no simultaneamente, y no hay vuelta atrás ni hueco para la salvación.
No puedo seguir cumpliendo penitencia por una doctrina muerta.
Claro que me declaro culpable de asesinato, pero hay matices: Yo apreté el gatillo pero la pistola ya estaba cargada. No puedo seguir consumiéndome por una historia que dejó de andar en pleno invierno y no me lleva a ningún sitio.

Sacrificarme cada noche, pedirte que me hieras no fue suficiente.
He intentado redimirme, que es lo que le queda al criminal cuando todo le da la espalda. O reincide o se redime, pero a ti no te gustó la idea.
Lo siento, no puedo seguir sacándome los clavos de las llagas por las mañanas para volvérmelos a ajustar cada noche. No voy a abandonarme a la autocompasión. No voy a morir.
Tampoco me voy a quedar si no me quieres aquí.

viernes, 25 de julio de 2014

La alegría estaba ausente
era verano y nevó.
Todo estaba en contra
pero nací.
Hija de un general de Cartago
y una patricia de Roma.
Clandestina desde el principio
con sangre de loba
revolucionando mis entrañas.
Crecí entre guerras
viendo muertos y brujos
apartando cadáveres.
Huyendo del rumor de las calles,
viví con mirada lacerante
dando muchos golpes
llamados "por si acaso"
Irreverencia y libertad
no elegí bandera alguna
sólo rezaba para que mis padres
no se mataran.


sábado, 10 de mayo de 2014

He decidido dejar de hablar de ti. Menuda gilipollez, sabes que no puedo y para hacérmelo más difícil me mandas a los pájaros de mi cabeza de vuelta cada vez que los mando volar por ahí, y me cuentan que han estado contigo.
Cualquier día vas a redactar el documento más romántico del mundo y no va a ser para mí. Y menos mal. Yo sólo quería que te quedaras.
He decido que me va a dejar de recordar a ti cada paso que de desde el trabajo a casa. Voy a tener que dejar de imaginar que te encuentro en todas las esquinas o que cualquier día voy a pasar por debajo de la santa y vas a estar. Porque crees que te has ido, pero yo todavía no, y aquí no sé quien manda pero tú sigues viniendo aunque no estés.
¿Lo ves? Se me sigue yendo la cabeza pero ahora no te lo puedo contar.
Y es por eso, por lo que he decidido dejar de hablar de ti, para compensar estos kilos de ganas de verte que se me vienen encima por todas esas veces que pienso en ti.

martes, 6 de mayo de 2014

"De todos los hombres que hay en mi vida eres el que peor me trata. Yo no sé cómo a veces puedes llegar a ser tan capullo"

El día menos pensado haces algo grandioso, un martes cualquiera te levantas, vas al trabajo, atiendes tus asuntos y estallas.
El día menos pensado haces aquello que sin saberlo del todo llevabas tanto tiempo esperando hacer, ni siquiera te lo habías planteado por miedo, pero lo necesitabas.
El día menos pensado le revientas la fiesta de disfraces y le das dos bofetadas a lo que lleva años jodiéndote.
El día menos pensado te enfrentas a lo único que va mal en tu vida ya, pero la causa de tantos otros problemas pasados anexos y que poco a poco y con lágrimas has sabido resolver.

El día menos pensado es hoy. Sonríe valiente, lo acabas de hacer.

lunes, 5 de mayo de 2014

A veces soy demasiado erizo.
Menos mal que hay gente que sabe como hacer que guarde los pinchos
y me hace entender que con ellos no hace falta autoprotegerme tanto.


Qué cómo estoy...

Llevo unos cuantos putos días acostándome con el blog de Pablo Benavente entre las manos, imagínate.
Con su "Déjame explicarme: equivocarme siempre ha estado entre mis planes. Era contigo con quién no contaba" rebotando empáticamente en mi cabeza.
Imagínate a Baudelaire borracho en un bar llorando por Jeanne Duval y buscando desesperadamente a Sarah la louchette en las calles más oscuras de París para follársela con rabia y seguir perdido en alcohol.
Imagínate a Rimbaud en el único minuto de su vida que lloró por Verline.
Imagínate a la mujer de Verline preparándoles el desayuno a la mañana siguiente de haberlos oído follar.
Llevo días leyendo a Pablo porque no sé cómo expresar que llevo meses perdida y que sigo sin encontrarme aunque a veces te encuentre a ti.
Que soy tan inconsciente de todo ahora mismo que probablemente esté cometiendo el mayor error de mi vida pero no estoy preparada para llorarte otra vez. No puedo arriesgarme para luego abandonar. No tengo ganas de luchar.
Probablemente no, seguro que la estoy cagando, pero he destrozado tantas cosas en mi vida que me invade una anestesia preparada para no sufrir más. Que toda la mierda que guardo es por algo, y es algo que no consigo superar del todo, pero a veces es bueno porque me advierte del peligro, aunque otras me convierta en esto, en un erizo que se cierra en banda y que no quiere saber más de corazones hechos pedazos.
Llámame cobarde, puede que lo sea, pero a ti no te han partido el corazón de trece maneras distintas.
Permíteme acabar mi whiskey, que ya me queda menos para encontrar a Sarah.

miércoles, 30 de abril de 2014

Hoy nos hemos reído, todos juntos, muy fuerte.
Algo que pensábamos que ya no volveríamos hacer después de aquel miércoles. Hoy nos hemos reído, y ha sido gracias a tus historias, ha sido gracias a ti, ha sido contigo.
Gracias Diego, siempre.

domingo, 27 de abril de 2014

Todo lo demás no importa, de repente todo se ha derruído.

Todavía no sé que decir de todo esto. Miércoles, han pasado cuatro días y sigo moviendo de un lado a otro la cabeza, negando, diciéndome que es imposible, que es mentira. Luego veo el dolor de tu hermana, de tus padres, veo a Álex y a Gonzalo derrumbados, veo a todo el mundo dando abrazos, palabras de consuelo, pañuelos, lágrimas, puñetazos, miradas perdidas, rabia... y toda la información sigue entrando por mis ojos pero mi cabeza me dice que no es real.
Veinte años, vuelve. Tienes que hacerlo, no dejo de pedírtelo, vuelve que estamos perdidos, vuelve y di algo, vuelve y míranos. Diego vuelve, que no te has ido.
Cuánto necesitamos en estos momentos una de tus ingeniosas frases, cuánto necesitamos que nos guíes.
Todo se hunde sin ti, no te haces una idea de toda la gente a la que has marcado. No sé expresar lo mucho que me alegro de que me hayas dejado tu huella.
Supongo que pedirte que vuelvas es una tontería porque no te has ido, ¿verdad? Sigues con nosotros aunque no te veamos, sigues encontrando Mercadonas cada vez que te pierdes, sigues hablando con Álex, sigues escuchando a Gonzalo, sigues poniendo cara extraña cada vez que me da un impulso y te abrazo, pero sigues devolviéndome el abrazo. Sigues aprendiendo de tus padres, sigues mirándolos, sigues cuidando de Anabel. Sigues.
Sigues porque estás más vivo que nunca en nosotros, porque todos hemos aprendido algo de ti, a todos nos has enseñado. Y en cada gesto de saber estar, de amabilidad y cordialidad sin fronteras, de cercanía y eterno respeto por todo que yo muestre, allí estarás, porque eso es sólo una pequeña parte de lo que me has enseñado, y ya está grabado en mí, como tú.
Eres un ejemplo de fortaleza, y ya te admiraba antes, pero ahora, con todas las historias que todos los que te quieren me están contando de ti, te admiro más, porque me sigues enseñando Diego, muchas gracias.

Me acuerdo del día en que me dejaste flipada cuando te pusiste a hablar con unos ingleses sobre la historia de Inglaterra y su división geográfica, a ellos también los impresionaste, te dijeron "tienes muchos conocimientos, casi nadie sabe eso", recuerdo que pensé de ti maravillas, pero no te lo dije, en lugar de eso me coloqué a tu lado para seguir escuchándote, aprender y no perderme nada.
Agradezco tanto a Álex que nos presentase.

Podría hablarte del 'Bang' y de los buenos ratos jugando, pero eso es algo que ya lleva tu marca y no hace falta dar muchas explicaciones de por qué. Ninguno de nosotros volverá a pensar en ese juego sin relacionarlo inmediatamente contigo. Cómo nos enganchaste a todos, cómo te emocionaba jugar, cómo te enfurruñabas cuando la gente no jugaba en serio.
Como me explicabas con paciencia lo que significaba cada carta incluso cuando ya me la habías explicado antes, y no me acordaba. Y como me decías cual era la mejor estrategia que podía hacer con mis cartas incluso aunque te perjudicase a ti. Otro gesto más de honra, honra y Diego, son palabras hermanadas por ti.

No te voy a olvidar Diego, no creo que nadie lo haga, cada vez que quedemos vas a estar, lo sé.
Cuídanos a todos, y ármate de paciencia porque cuando te vuelva a ver no te voy a soltar, te voy a dar el abrazo más grande del mundo y te voy a hacer cuarenta millones de preguntas.
Y todavía me debes una partida de Mario Kart, esa que hablamos el último domingo, no se me olvida, eh.
Te quiero.
Siempre con nosotros, siempre Diego.

viernes, 18 de abril de 2014

Criatura de la noche, bella bestia, hombre lobo entre la niebla. Poeta borracho, torturado, humanista y guerrero. En tus ojos un niño. Deambulas entre la bruma pero arrojas luz en mi desorden.
No lo dices pero me quieres, lo sé porque me cuidas. Escribes cartas que luego no envías. Hombre lobo, poeta de antro báilale a la luna y aúlla conmigo esta canción. Piérdeme entre los bosques, no me busques. Estoy contigo.

domingo, 23 de marzo de 2014

Su historia

Su historia no es una de esas que salen en los libros
su historia no es una de esas que se ven en las películas,
su historia.
Su historia está cargada de cagadas y resentimiento
de mentiras afiladas y de comentarios hirientes.
Su historia
yo nací de esa historia.
Su historia son unas vacaciones de 15 días en una piscina de Benalmádena
visitar la Alhambra con los niños a hombros
montar en familia el árbol de Navidad
(siempre el padre pone la estrella).
Un paseo por la playa en la noche de Benidorm
el viento de Torremolinos poniéndolos morenos
celebrando que la niña cumple cuatro años con una mochila de los 101 dálmatas como regalo.
Su historia eran risas y canutos
conciertos de Moustaki y lecturas de Nietzsche.
Viajes en autoestop hasta Barcelona
para verla a escondidas de su hermano.
400 cartas a un soldado que hacía la mili en Canarias.
500 mujeres y hombres entrometidos que acabaron por ganar a esas cartas.
Su historia es el castillo de protección oficial  más bonito jamás construido
enterrado por el magma ensangrentado de una erupción pliniana.
Es hacer oídos sordos a las bocas que intentaban destruirlos
y seguir desafiando a la gente con sus sonrisas y su tele nueva.
Su historia es una señora gorda acostándose con mi padre y enamorándose de él cuando yo estaba a punto de nacer.
Su historia es mi madre en Praga con cualquier hijo de puta con los ojos azules que sólo busca sexo sucio en una habitación de un hotel impecable.
Su historia.
La pasión y la rabia de los añicos de una vajilla contra la pared mientras te grito
pero quédate, y abrázame, que si me pides perdón haré como que no ha pasado nada.
El "¿por qué me has engañado?"
El "ésto es lo que hay"
El "me quedo porque tengo miedo"
El "si te vas te separo de los niños y te destrozo la vida"
El "perdona, quédate"
El "no, lo siento, ya es tarde".
"Venga, te abrazo e intentamos seguir."


"Me has destrozado la vida, llevo la cogorza del siglo, es nochevieja y estoy llorando por ti"
El espejo de la entrada roto por un puñetazo,
la cena lista avisando en el horno
pero no huele a Navidad.
La mano llena de cortes que duelen menos que la rabia con la que se dio el golpe
El "he sentido miedo, ahora si que me voy"
"Vete a la cama, la niña está llorando en el baño y el niño ha preferido salir de fiesta y no ver nada"

Más gritos, más llanto, "por fin se ha dormido".

El "lo siento, la cagué" de la mañana siguiente.
El "yo lo siento más, pero ahora sí que me voy" como respuesta.

"Te voy a joder la vida."

Depresiones,
ganas de morir,
falta de fuerza y de dinero.

Una pequeña luz,
cada uno por su lado,
nuevos caminos
viejos recuerdos cuando se ven
sonrisas y algunas lágrimas a escondidas.


Explicaciones años mas tarde:
"Sara, tu madre es la única mujer a la que yo he podido querer en la vida
y yo he sido el único para ella también, sino pregúntate "¿Por qué nunca está contenta con el novio de turno que tiene?"
"Si pudiéramos volver a empezar..."

Lo que más me jode de todo esto es que todavía se quieren
pero no se salen a buscar.


Estos son algunos de mis escombros
éstos son mis restos.
Seguro que no es lo que esperabas pero por lo menos,
ahora dejarás de darme el coñazo con la preguntita de
"¿Por qué odias la navidad?"



Te rompí el corazón cuatro veces,
lo que no sabías, es que cada vez que te lo rompía
me arrancaba el mío y te lo daba.
Pero no te diste cuenta, o no quisiste darte por ganado.
Y cada uno tuvo lo que no se merecía.
Un corazón arrancado, otro perdido
y los dos rotos.
Pero no pasa nada,
hay otra manera de verlo,
como dijo alguien:
ahora tocamos todos a más.

domingo, 16 de febrero de 2014

También hay días malos en verano.

Seguro que tú también has estado ahí, en ese momento en el que o necesitas una hostia o un abrazo que dure mucho.
Hay algo peor que no llegar a la estación.
Como cuando vas con tiempo a hacer algo muy importante, llegas al andén 15 minutos antes,
revisas que estás donde que tienes que estar veinte veces, esperas al tren, llega, lo miras, sale gente, entran dos o tres, sigues mirándolo, es tu tren.
Ves como se cierran las puertas, estás inmóvil y se marcha sin ti, y tus ojos fijos ahí, viéndolo todo.
Te quedas parada como una idiota. Era tu tren, y no lo has cogido, pero lo has visto todo.
Has sido testigo de nada, porque nada es lo que te va a pasar ahora.
No sabes que hacer pero tienes claro que ésto no puede ser bueno. Te arrancas de ti misma para no destruirte.
Andas, te encuentras en otro andén, y sin tener billete, te enamoras de la necesidad de ayuda para subir que reclama la anciana que tienes al lado y te recuerda a tu abuela, entras sin saber adonde vas.
Buscas el vagón restaurane, pero no es uno de esos trenes, y acabas delante de una máquina que expende agua. Te ahogas y hablas con un tío con sombrero y periódico. No es de aquí, pero también quiere ahogarse. Te mira con la misma soledad descrita en las páginas de tu cuaderno azul.
Habláis de Lisboa pero el tren va hacia Lyon. Tú no sé.
Respira tu cansancio y ojeras, y se los bebe de un trago con la botella de agua.
Te impactas y medio tiemblas. Te das cuenta de donde estás, te sobresaltas y te bajas en la próxima parada.
Creo que ya sabes lo que quieres, o por lo menos, lo que no quieres.
No has cogido el tren correcto pero no has acabado tan mal.
Corres. Tu amigo del periódico se inquieta y tú le gritas al bajar: ¡Gracias!
Y te vas con el corazón en un bolsillo y el frío del norte pidiéndote que vuelvas a casa.
Sigues sin saber muy bien de que va todo esto, pero sigues, que en el fondo eso es lo que importa.
Ya cogerás tu tren.

jueves, 6 de febrero de 2014

Supéralo ya

A lo mejor hacer lo que he hecho hoy aunque parezca una tontería, tiene una gran importancia.
A lo mejor dejar de ser tan fría con la gente y decirte que te echo de menos es algo bueno.
El problema es que siempre se lo digo a la misma persona,
el problema es que siempre recibo la misma respuesta,
nada.

A lo peor ésto es mas difícil de lo que creía,
y tengo el puto síndrome de Estocolmo
o es simplemente que me gusta matarme por ti algunos ratos.
Yo que sé.
Menos mal que por lo menos, con los demás no soy tan débil,
y no dejo que me toquen como lo hiciste tú.

Aunque eso que acabo de decir, es casi tan destructivo
como tu abandono en aquel invierno.

"No dejo que me toquen como lo hiciste tú"
No darle a nadie lo mejor de mí,
no morir por nadie más.

Ese es un regalo muy caro, mi vida.
Demasiado para lo poco que tengo.
Demasiado para que no te importe nada.
Ese es un regalo
que ojalá pronto, te deje de hacer.

viernes, 24 de enero de 2014

El niño de la armadura oxidada.

Sigues paseando
por las calles grises de la ciudad
el uniforme y la armadura de soldado
de una guerra que perdiste hace años
como si pudiera  presentarse
la oportunidad de volver a pelear.

Exhibes las secuelas
de las veces que sobreviviste
y lo ves como una derrota
cuando en realidad fue una victoria,
pírrica, pero victoria.

Porque perdiste el alma,
cuando encontraste muerta
a toda esa gente
pero tú sobreviviste.

¿Por qué tú si?
Las preguntas se te clavan.
Por eso ya no hablas.

Armadura, se parece a alma dura,
pero tú sobrepasas eso.
Te oxidaste
y aprendiste a vivir así,
sin zumos de limón
que te quiten el daño.

Y así vas a morir
con tu indolencia por bandera

con un corazón como escudo,

y un escudo como corazón.

domingo, 19 de enero de 2014

Llámalo X, pero es amor.

Yo te curé la espalda con saliva y besos no hace mucho,
no sé si te acuerdas.
No es un reproche,
ni es que necesite que me cures ahora tú,
simplemente espero que recuerdes
que puedo volverlo a hacer,
cuando lo necesites.
No estés herido.

viernes, 10 de enero de 2014

Un día me pediste que te escribiera algo y yo me reí (2).

No tengo miedo de lo que pueda pasar.
Ya he aprendido a romperme en mil pedazos,
y a reajustarme las piezas
que no recuerdo dónde iban.
Lo que yo quiero es
despertarte por la mañana,
acariciarte por la tarde
y conocerte por la noche,
justo en esa oscuridad en la que nos desnudamos
y nos dejamos ser completamente nosotros,
sin máscaras ni disfraces.
Y hasta ahí
ya no sé decirte que más quiero.
Pero me parece un buen plan
eso de escribirte en la espalda
uno de estos versos
cuando no puedes dormir.
O que me tapes con la manta
cuando tengo frío.

Un día me pediste que te escribiera algo y yo me reí.

La gente está gris,
Valladolid no puede hablar,
pero tú y yo aún podemos
mirarnos en secreto,
tropezar con nuestros silencios,
tambalearlos y convertirlos en un juego.
En nuestro juego.
Tú me buscas,
y yo me pierdo por encontrarte
hasta acabar chocándonos
en el pasillo de los enigmas
que se resuelven con tu cuello al descubierto
y mis besos apuntándote
a fuego directo a discreción.

sábado, 4 de enero de 2014

Muñequita linda

 Normalmente me tapo del frío
con tu bata azul clarito,
y hago mis cosas.

Normalmente cuando paso por tu cuarto
y veo tu cama vacía
me tumbo un rato,
te respiro,
                lloro,
y sigo haciendo mis cosas.

Normalmente no hablo de ti
todas las veces que te recuerdo
porque si lo hiciera
no hablaría de otra cosa.

Normalmente cuando te quiero acariciar
me acaricio a mí,
me imagino que eres tú.
y me obligo a seguir con mis cosas.

Pero hoy ha sonado "muñequita linda"
en mi vacío
y tú no la has cantado conmigo.
Y se me ha roto la voz
porque no estás
 y joder, te echo en falta
cada vez que doy un paso en esta casa.

Cada vez que el sístole
contesta al diástole
me falta Antonia.

Normalmente me las arreglo,
pero hoy después de romperme sin ti
me he intentado ajustar
y me he llenado de nudos.
Se me ha caído la sopa al suelo
y me he pasado horas
abrazada a tu sillón
hasta que me he levantado
y tropezando con mis nudos,
he podido seguir con mis cosas.

Como otras veces.

Con las grietas de otras veces.

Como hago normalmente.

La primavera tuvo manos de invierno

Sabía que te iba a echar de menos,
es una de esas putas leyes de la vida,
es lo natural.
Pero jamas imaginé
que rasgaría tanto,
este vacío
y este constante pensar
en que te quiero ver,
                                abrazar,
                                             escuchar.
Y ya, joder,
ya no puede ser.

No hago más que escribirte,
princesa del pelo blanco
esperando algo
no lo sé exactamente,
sigo perdida
y sin saber que hacer con este vacío.
Que yo sin ti no sé,
no sé estar,
no sé ir,
no sé ser.