Hoy me he permitido pasar la tarde soñando contigo como hace mucho que no lo hacía.
Ya casi se me olvidaba cuanto te deseo, te tenía como un sueño aletargado que algún día quizás despertase, pero no me metía en las entrañas de tus privilegios ni de tu precio, ni de lo mucho que cansa mental y físicamente el intentar llegar hasta ti.
He estado a punto de hacer una locura después de verte tan lejos: casi te abandono, casi me meto en otros caminos que me alejarían aún más de ti, casi te pierdo.
Pero hoy he vuelto a ser consciente de lo mucho que me vas a costar y se ha vuelto a prender el incendio. No sé si será porque realmente te quiero o por la estúpida cabezonería de querer conseguir lo que me propongo, el caso es que te quiero y quiero que formes parte de mi vida. Que no te olvido, que cada vez nos falta menos, cada vez me acerco más a ti aunque tú intentes alejarte,
y créeme cuando digo esto porque lo digo desde la firmeza que me ha dado el ir consiguiendo pequeñas metas a base de tropezones:
te voy a pillar, y cuando lo haga querida mía, lo único que vas a desear es que te hubiera cogido antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario