Te rompí el corazón cuatro veces,
lo que no sabías, es que cada vez que te lo rompía
me arrancaba el mío y te lo daba.
Pero no te diste cuenta, o no quisiste darte por ganado.
Y cada uno tuvo lo que no se merecía.
Un corazón arrancado, otro perdido
y los dos rotos.
Pero no pasa nada,
hay otra manera de verlo,
como dijo alguien:
ahora tocamos todos a más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario