"Prometernos era malvendernos la piel"
Yo hice un trueque contigo y nos las cambiamos. Invertimos y perdimos. La tormenta nos arrastró a los dos aunque no simultaneamente, y no hay vuelta atrás ni hueco para la salvación.
No puedo seguir cumpliendo penitencia por una doctrina muerta.
Claro que me declaro culpable de asesinato, pero hay matices: Yo apreté el gatillo pero la pistola ya estaba cargada. No puedo seguir consumiéndome por una historia que dejó de andar en pleno invierno y no me lleva a ningún sitio.
Sacrificarme cada noche, pedirte que me hieras no fue suficiente.
He intentado redimirme, que es lo que le queda al criminal cuando todo le da la espalda. O reincide o se redime, pero a ti no te gustó la idea.
Lo siento, no puedo seguir sacándome los clavos de las llagas por las mañanas para volvérmelos a ajustar cada noche. No voy a abandonarme a la autocompasión. No voy a morir.
Tampoco me voy a quedar si no me quieres aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario