...y aquel día en el que perdí los nervios y me guiñaste un ojo como diciendo "ech, para. No pasa nada Sara. Vas a saber solucionarlo", y aquella vez que pensé que mi madre se moría, y aquella otra en la que tuve el peor día en el trabajo y rompí un plato y luego otro; y aquella tarde en la que perdí el autobús, y en esa otra en la que...
23 de Octubre: De ésto aún no he hablado pero también llevo dentro que hoy hace seis meses desde que te fuiste a vivir a una estrella para cuidarnos mejor, y desde entonces no ha pasado ni un solo día sin que te haya visto sonreírme. Gracias por tus cuidados,
para ti si que hay un "siempre" porque es imposible olvidar lo inmortal, Diego.
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