"Odio que hayas empezado una relación en esa fecha porque es mi cumpleaños, y ahora la adoras, pero cuando cortéis la vas a odiar y vas a estar triste el día de mi cumpleaños."
Menos mal que cuando aquella chica me dijo eso mi cara fue de perplejidad y no le hice más caso. No podía estar más equivocada.
El 23 de Octubre del 2010 nació algo, empezó la historia más bonita de mi vida, doy gracias a esa fecha, a esa historia, al pasado por pasarme a mí.
Si no hubiera tenido esa historia no sería la persona fuerte y sin miedos que soy ahora, no tendría esta confianza en mí para arreglar telarañas, no sabría que algunas cosas son más bonitas cuando están rotas.
No habría amado, no habría aprendido, no habría vivido nada.
No voy a lamentarme por nada, todo lo contrario, cuan afortunada me siento de poder tener almacenados en mí todos esos recuerdos, todas esas emociones, todas esas travesías, risas furtivas, todos esos viajes aunque no nos moviéramos de la habitación, todos esos sentimientos, todo eso que las palabras no llegan alcanzar. Todo eso me ha quedado, y es infinitamente mucho más de lo que tenía antes de conocerle, así que gracias. Un gracias tampoco alcanza la magnitud de lo que debo, pero por algo hay que empezar.
Haber creado todo eso con él no me parece una mala manera de vivir, y así estuve sonriendo durante años.
Hoy no voy a escribir sobre cómo nos pudrimos, esa es otra historia. Los platos rotos sobre la mesa son evidentes, pero hoy no hay sitio para ellos.
Hoy vengo a mimar lo bueno, que es lo que más sitio ocupa dentro de lo que guardo.
Hoy vengo a recordarte, no con flores como se recuerda a los muertos. Hoy pequeña, te traigo azúcar y caminos inexplorados, me siento contigo a comer golosinas y te traigo paz.
Hoy me enamoro del amor, del corazón con velas en el suelo, de los dos inocentes niños que nerviosos pero sin frío estaban a punto de darse la vida, estallar y escapar de todo lo que conocían.
Hoy me rindo ante el recuerdo de cuando aprendimos a sentir con la fuerza de ese niño que jugando al escondite encuentra el mejor sitio para refugiarse y cuando ya han pillado a todos sus amigos, corre, corre muy rápido y no mira atrás, corre como si no hubiera nada más importante que esa carrera y sus amigos, como una veloz gacela, para salvarlos. "Por mí y por todos mis compañeros" "Por mí y por ti, compañero de vida."
De esa valentía de héroe de parques es de la que hablo. Nos entendimos con ella, pocas veces me atrevía yo a salvarme antes de conocerte. Pocas veces te escondías tú cuando era yo la que te buscaba.
Aprendimos el lenguaje de los pingüinos cuando se abrazan y prometen que se van a cuidar aunque sólo vean todo ese hielo.
Esta historia no se merece otro recuerdo, y pido perdón si alguna vez en la osadía de mis cortantes pesadillas he tenido el descaro de intentar recordarla de otra manera, por muchas heridas que me hiciera. No, no se merece una vulgarización como si de cualquier otra simple y humana estuviéramos hablando.
Con esto me quedo, con todo lo bueno, que es de la única forma en la que merece ser recordada mi pequeña muerta de casi tres años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario