martes, 11 de noviembre de 2014

Sobre ti, sobre mí, sobre cuando la vida decide acariciarte.

Hace mucho tiempo que no me invade la rabia ni tengo que evadirme usando el bolígrafo y el papel como vía de escape de una lacerante realidad.
Hace mucho tiempo que no me tengo que quitar a tirones la cuerda que me anudaron al cuello de la única forma que sé: hostigando este teclado a ciegas con lágrimas en los ojos pero con mucho que sacar.
Y joder, qué sonrisa.
Hace mucho tiempo que no te echo de menos porque no me hace falta,
porque te encargas de estar presente en todo lo importante.
Hace mucho que no siento ni desconfianza, ni vacío, ni flaqueza porque me arriesgué a confiar en ti y siempre que lo necesito apareces, en cuanto ves mi llamada no tardas ni un segundo en llamarme a ver que pasa.

A veces las cosas si que pueden cambiar a mejor.
¿Quién nos lo iba a decir? A nosotros, pobres incrédulos que naufragamos en la cómoda afirmación de que es muy difícil que algo cambie a estas alturas. Pues bien, he tenido que esperar diecisiete años para volver a darte el abrazo que te di cuando tenía cuatro, y veintiuno para que nuestras sonrisas bailen juntas la misma canción.
¿Y sabes una cosa? He reducido todos tus errores a tres o cuatro cenizas mal tiradas (ya sabes lo buena que puedo llegar a ser en esto de incendiar amenazas), igual que a ti se te olvida contar si hay que hablar de los míos, y me quieres aún con esta pasión en la cabeza que a veces me puede más que cualquier otra cosa aunque tú con los años hayas optado por darle prioridad a la razón.

Los grandes cambios suceden así, sin que puedas darte cuenta de lo que está pasando hasta que todo ha cambiado y te quedas mirando el resultado, y esa es la suerte, nada cambia por arte de ingenuidad de un día para otro.

Algún día te devolveré todo lo que me has enseñado llevándote a flipar viendo las cataratas de Niágara, algún día iremos, te lo prometo.
Mientras tanto, gracias por esta filosofía de vida, por enseñarme a tener ganas de avanzar aunque a veces el éxito se muestre esquivo. Ese es el verdadero mérito, ser feliz es muy fácil cuando todo te va bien. Nosotros bailamos más allá.

Y ese mal pasado me importa una mierda si ahora vas a estar para abrazarme el presente.


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